A río revuelto…

En una primavera loca climatológicamente hablando, en la que estamos tratando de salir a pescar cuanto podemos, son muchos los riesgos que corremos de volvernos bolos. Yo de hecho ya me he comido el primero hace unas semanas. Durante la semana los días se suceden totalmente cambiantes, sol, viento, lluvia y hasta frío en algunos lares hacen rompernos el coco para elegir destinos cuando llega el fin de semana. Y es que no sólo hay ríos que bajan turbios y fríos, también el ambiente de pesca en el entorno está sujeto a chaparrones y tormentas, por lo que es difícil predecir una posible apacible jornada de pesca.

Pero está claro que entre esos días locos, alguno encuentras entre medias que compensa el sufrimiento de las malas jornadas.

Es uno de esos días que pese a no ser perfecto, no quieres que se acabe e incluso deseas que se pronto se vuelva a repetir.

Y es que hay veces que cuando llegas al río y ves que el estado del mismo no es el más aconsejable para pescar, tras haberte metido un buen madrugón y 200 km de carretera, no sabes si ponerte a llorar o asumir el error y volverte a casa. Lo fácil es compadecerte, lo difícil es asumirlo, pero también está la alternativa de tomar rápidamente la decisión de conducir otros 100km a buscar otra zona de pesca corriendo nuevos riesgos.

Así me toco vivirlo hace pocos días, el río desbordado y muy turbio me tiraba para atrás y después de unos minutos de reflexión y exploración, decidí volver a coger el coche y conducir algo más de una hora en busca de una zona pescable. Por suerte acerté y aquí el río estaba bastante mejor y aunque algo tomado, no tenía nada que ver. Rápidamente me equipé para tratar de superar la hazaña y engañar a algún pez. Es una zona que conozco bien y se que los barbos están en plena actividad, por lo que habiendo perdido parte de la mañana entre viaje y viaje, trataría de aprovechar al máximo cada momento del día.

La parte buena es que las capturas empezaron pronto y que la  mayoría fueron interesantes de tamaño, es como si el propio río quisiera compensarme por su estado tan lamentable en el punto inicial aguas abajo. Lo cierto es que después de todo los peces dieron la cara, con grandes y buena carreras y la jornada finalmente estuvo bastante entretenida.

Y es que ya se sabe, quien no arriesga no gana!

© PescataMinuta 2016

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