El Chorrón, río Tormes 2014

Llegamos a La Maya a las 9:28h de la mañana, nos encontramos junto al aparcamiento un par de pescadores más madrugadores observando el entorno desde la orilla. Aparcamos junto a la gravera cerca del río e hicimos lo propio. Buen caudal y  aguas oscuras con los primeros rayos del sol, en el medio de las mismas un par de cebadas nos dan la bienvenida.

Pronto nos preparamos para disponernos a meternos en el río, haciéndolo unos metros más abajo con la intención de subir hacia la presa durante la jornada. Nos posicionamos a lo largo del tablón central, separándonos entre los tres entre 80 y 100m.

El agua muy fría se deja sentir enseguida y en los primeros metros hay una buena profundidad por lo que saldo del río y entro de nuevo 50 metros más abajo, con mejor acceso y menos corriente.

Pronto veo cebadas cerca de mi posición justo en el centro del río. No lo dudo procuro lanzar a las que tengo más a mi alcance. Entre las mismas asoma una gran truchón que deja asomar su dorsal incluso fuera del agua. La trucha está comiendo con voracidad y toma mi mosca rápidamente, notando rápidamente todo su ímpetu en una gran envestida hacia el fondo de las ocas y logrando partir el terminal sin apenas llegar a disfrutar de la pelea. ¡Fantástico!, pensé empezamos bien el día. Esta vez no me importó romper y perder la trucha, eran los primeros lances y tenía metido en mi cabeza, dadas las experiencias pasadas, que El Chorrón me depararía buenas capturas.

Después de un rato tratando de pescar a pez visto en distintas posturas por lo ancho y largo de la zona central de la tabla principal y no conseguir ninguna otra captura, me acerco a la posición de Miguel y Santi para ver que tal les va. Me comentan más de lo mismo, cebadas ocasionales pero no toman sus moscas. Se ven eclosiones de distintos insectos en todo momento, pero nuestras moscas no les gustan.

Es el momento de tomar algo y comentar las jugadas para dar paso a otras estrategias. De nuevo en el aparcamiento comentamos la posibilidad movernos río arriba buscando chorros y aguas mansas para más entrado el medio día. Convencidos de que a medida que se abriera el día y el sol pegase más alto, serían los mejores momentos y con más actividad.

Nuevamente nos adentramos en el río, entre fuertes chorros para llegar a una zona con más variedad de posturas. Miguel por abajo, Santi por arriba y yo por el medio, esta vez tratando de pescar al agua en aquellos puntos donde pensamos que puedan estar escondidas. En el primer tramo del recorrido no vemos actividad alguna, ni siquiera nos topamos con ninguna al avanzar. Proseguimos río arriba y tras pasar otra zona de corrientes llegamos a una tabla que habitualmente nos ha dado muchas y buenas capturas. Pero observando unos minutos la superficie del agua, vemos que igualmente no hay presencia de peces. Aún así lo intentamos, cada uno en una posición de dicha tabla, tratando de tentarlas con distintas imitaciones. Pero tras un buen rato de dar palos al agua, decidimos movernos y bajar de nuevo río abajo.

Llegamos a una zona intermedia 200 ó 300 metros más abajo, desde la orilla vemos que en el medio de esta tabla más somera hay algunas truchas que se están cebando. Nos metemos en el río y nos situamos en las posiciones más propicias, pero es como si nos delataran porque la actividad ceda radicalmente.

Así pasamos la mayor parte del día, pescando al agua sin sentido siempre a seca y de vez en cuando a alguna ocasional cebada. Las truchas estaban muy difíciles y durante las horas centrales del día y parte de la tarde el viento racheado incomodaba bastante, dificultando el lance y rizando la superficie.

Tan sólo pudimos notar una mejoría desde las 4:30h hasta las 18:20h, aproximadamente. En esta franja se dieron distintas eclosiones, entre las que destacaban las moscas amarillas típicas del Tormes. Pequeñitas efémeras Ignitas de cuerpo amarillento verdoso y alas grises en subimago, que mueve a las truchas de una forma especial. Fue el mejor momento del día, algo adelantado comparándolo con otras ocasiones. En cualquier caso, fue el momento en que al menos las truchas quisieron tomar nuestras imitaciones y logramos unas capturas decentes que nos permitieron saborear la esencia de la pesca.

Por alguna razón no fue el día propicio, al agua fría, el viento, la luna,… quién sabe! Lo cierto es que no las recordábamos tan selectivas, pese a ver empezado bien el día. Pudimos pescar algunos ejemplares casi por nuestra insistencia, pero al límite de nuestra confianza, pues llegamos a pensar que nos íbamos “Bolos”.

Qué le vamos a hacer, otro año será!

Texto y fotos: PescataMinuta ©

 

4 Comentarios Agrega el tuyo

  1. MarioGC dice:

    Esta entrada resume muy bien la temporada, al menos la nuestra. Días excelentes para pescar en los que apenas se mueven y cuando se mueven superselectivas… Este año no hemos visitado el Tormes pero compañeros nos han contado lo mismo que relatas, lo bueno que oportunidades nuevas vendrán,

    un saludo!

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    1. Así es Mario, ahora ya hay que pensar en la próxima temporada. Un saludo!

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      1. J. Andrés dice:

        Cierto lo que se comenta este año del Tormes, pese a la «voracidad» por los permisos sobrantes de los tres grandes cotos de este río: Galisancho, Tomes y El Chorrón, he disfrutado de media docena de jornadas en este río, y no sé si se deberá a la presión de pesca, o está más flojo que otros años, por lo menos las truchas son mucho más selectivas

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      2. Estoy de acuerdo, nada que ver con otras temporadas. Otro año será!

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