Esta temporada nos dejamos caer por el río Esla al final de la temporada, evitando los fuertes caudales que imposibilitan la pesca durante la temporada de riegos. Las experiencias pasadas nos habían hecho cambiar los planes para esta,
pudiendo elegir los cotos en el mes de septiembre.
Siempre hace ilusión acudir a este río que tradicionalmente mantiene una fama importante en cuanto a su rica población truchera, así como la talla de de las mismas que a veces es sorprendente. Si bien, como ya vengo narrando en otras salidas, esta temporada no era especialmente prometedora, por el retraso que había sufrido su estabilización con tantas lluvias y aguas tan frías.
Esta vez repetía con Gradefes, acompañado de mi hermano Miguel Angel y nos estrenábamos en Pesquera, aguas arriba del primero y ambos durante el mes de septiembre.
Gradefes presentaba una magnífica estampa, había corriente pero perfectamente vadeable en la primera parte del tramo en su zona inferior pasado el puerto de las Monjas, salvo alguna tabla con cierta profundidad. Otra cosa sería la pesca, pues se tornó nuevamente difícil, ya que aunque la actividad de las truchas se manifestó activa en buena parte de la jornada, con distintas eclosiones de ignitas y tricópteros, la forma de comer tan rápida que tienen sus truchas hizo que erráramos muchas
picadas, por lo que tuvimos que conformarnos con media docena de capturas, donde la talla además de las mismas fue pequeña. Las moscas que nos funcionaron fueron los tricópteros rojizos y las pequeñas efémeras en colores carne y oliva.
Con algo más de fortuna, pero tardía igualmente, trascurrió la jornada de Pesquera. Las primeras tablas las cubrimos tras alguna cebada dispersa que detectábamos en las orillas. Pero no sería hasta las 12:30 hasta que pudimos clavar las primeras truchas a mosca seca. Al igual que en Gradefes en el momento de más actividad donde eclosionaban los tricópteros y bajo las coberturas de las ramas de las orillas, pudimos disfrutar de la pesca a seca. Pero así
como ocurriera en Gradefes, las truchas no nos lo pusieron fácil y tuvimos muchos pinchazos que no pudimos capturar. Y es que estas truchas
parecen estar muy resabiadas a estas alturas de temporada.
Pesquera ofrece quizás un perfil más variado para pescar, donde las tablas pasan a rápidos y corrientes con pozas profundas. Pero también tiene tablonas de ensueño a la altura de Santibáñez de Rueda, donde se ven a distancia las cebadas de las truchas en la superficie lisa que discurre por las mismas.
En ambos cotos pudimos pescar un tercio de su recorrido, ya que nos lo tomamos con mucha calma. Siempre nos quedan rincones que invitan a volver en otras temporadas y experimentar posturas aún por conocer.
Podríamos concluir diciendo que al menos esta temporada 2013 en la Provincia de León, salvo El Castillo, el resto de acotados visitados no nos han mostrado su mejor versión. Será cuestión de volverlos a experimentar en otros momentos.
Texto y fotos: PescataMinuta