Cuenca mantiene una gran oferta de tramos acotados y libres para la práctica de la pesca de salmónidos. En las dos últimas temporadas esta provincia se ha convertido en uno de nuestros destinos favoritos. Aún no tenemos que explorarla a fondo como ya hemos hecho en Guadalajara, pero igualmente tiene mucho atractivo. Los bellos parajes de la Serranía de Cuenda por donde discurren increíbles ríos calizos de aguas claras color turquesa y sus pintonas de libreas de tonos suaves son dignos de mención.
El río Cabriel y su coto por excelencia de Cristinas, es esta vez el destino elegido en compañía de mi hermano Miguel Angel.
Iniciamos la jornada desde el límite inferior en la zona de Arampolo, que limita el TLSM hasta el puente de Cristinas. Solo con asomarnos a la orilla entre los juntos pudimos observar truchas nadando rápidamente asustadas al notar nuestra presencia. El agua es transparente y en las zonas someras las pequeñas salen disparadas.
Mientras que Miguel Angel se queda a unos 150 metros del inicio, yo prefiero arrancar desde allí para ir familiarizándome con el coto. Nada más empezar observo alguna trucha de mediano tamaño que se está cebando en el primer parado de los primeros metros. Y como si estuviera ya escrito primer lance y primera captura, el tricóptero de antrón rojizo vuelve a ser infalible. Increíble no llevábamos ni media hora en el río y ya teníamos premio.
Pero esto no iba a ser tan fácil a lo larga de la jornada, que además tenía que ser más corta de lo normal porque había que volver a tiempo a casa para ver la final de la Champions League entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid.
De hecho a medida que vamos subiendo aguas arriba, por momentos el río se estrecha más y nos obliga a realizar lances muy largos y precisos, vadeando un buen tramo de estos primeros metros. Nos encontramos unas corrientes que invitan a lanzar en sus rápidas aguas y tentar a alguna trucha apostada en la caída. Según estoy impermeabilizando la mosca, veo como una interesante trucha salta fuera del agua completamente a unos metros de mí, por lo que me dispongo a probar suerte. Al cabo de unos minutos harto de insistir continúo la marcha para adelantar a Miguel Angel que me había sobrepasado.
En otra tabla algo más ancha y también somera veo como Miguel Angel captura una bonita trucha, con la que queda retratado. En el camino se siguen viendo cebadas de vez en cuando que nos sirven de referencia para buscar la captura, pero también hay tramos donde pescamos al agua tratando de despertar el apetito de alguna que pudiera estar al acecho.
Por encima de su posición, al comienzo de otra tabla y pegada al margen izquierdo del río otra cebada delata la presencia de otro pez y tras dos lances fallidos que se enganchan entre los juncos, consigo poner bien la mosca y de nuevo cae en la sacadera.
Estamos a la altura casi del aparcamiento y por la hora que es sabemos que no nos queda mucho tiempo de pesca, además hace unos minutos que estamos viendo una nube muy fea que anuncia tormenta.
Miguel Angel me adelanta para regresar en poco tiempo a la posición de partida, yo en cambio prefiero probar suerte entre otras corrientes y remansos que tengo delante. Me agacho para no ser detectado, pero a contraluz no consigo ver el tricóptero, por lo que pongo otro similar con indicador verde flúor que puedo distinguir. Pronto una trucha se mueve y veo como trata de tomar la mosca sin éxito por las aguas rápidas, pero al final consigo clavarla. Se trata de una trucha que podría estar en los 30 ó 35 cm, pero que pierdo por precipitarme a la hora de ir a cobrarla.
Poco después la tormenta hace acto de presencia y comienza un diluvio tremendo que nos avisa de que tenemos que poner fin a esta jornada. Afortunadamente tenemos el coche al lado, pero nos empapamos completamente.
Así damos por terminada esta experiencia en Cristinas, que sin ser sobresaliente en capturas, nos ha dejado gratos momentos.
Texto y fotos: PescataMinuta
Una lastima lo de la tormenta! Tenía muy buena pinta el lugar y el día
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Estoy de acuerdo, pero al menos aprovechamos bien la mañana.
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