Así es, este mítico coto se ha ganado su buena fama a pulso. Su ubicación privilegiada parece más de un parque natural ya que todo el enclave es pura

belleza. Destaco sus impresionantes Hoces de Vegacervera donde las grandes paredes graníticas saludan al río Torío encañonándolo a su paso.
Tras haber tomado un café calentito en la Venta de Getino y entrar en calor, después de haberme asomado a las orillas para comprobar el escenario, bajo con el coche para hacer la primera parada como a medio kilómetro aguas abajo del pueblo de Felmín.
Según me estoy preparando junto al aparcamiento aparece el guarda, con el que converso un poco. El día anterior llegó hasta nevar, de hecho me indica que en las cumbres de los picos aún se ven los restos de la nevada. Sólo me había controlado a mí en la mañana, que seguro que me encontraría con algún pescador más.
También me indicó que aún bajan fuerte el cauda l y que quizás este año en junio, sea el mejor mes para pescarlo.
Una vez en el río, deciros que para ser mayo avanzado, el agua está helada y en el ambiente hay mucha humedad de la tormenta de nieve del día anterior. Esta vez con pertrechado con el wader de neopreno, trato de localizar las primeras posturas y claro está, con los primeros perdigones de tanteo.
Llevaría como media hora escudriñando entre las piedras del fondo en las corrientes y pozas que

Algunas zonas orilladas se ven difíciles de bordear, pues están muy
enmarañadas de vegetación, por lo que con mucho cuidado tengo que ir salvando vadeando por las corrientes.
Las posturas se suceden, logrando varias truchas más de similar talla y librea, señal de repoblaciones anteriores.
El sol ya está alto y para entonces, hago un pequeño receso en el Bar del Pescador en el pueblo de Felmín. Por encima del pueblo llego a una tabla somera, donde puedo observar la actividad de las truchas en superficie. Algunas cebadas ocasionales dan un giro a los acontecimientos previstos y me hacen dudar sobre las técnicas a utilizar, por lo que decido cambiar de bajo y pescar a seca.
Comienzo con una efémera en tono amarillento verdoso, que me viene dio buen resultado en el Omañas. Comprobando que en el Torío también funciona, pues al poco de empezar y pescando al agua cerca de las bajuras de los árboles de la orilla, consigo un par de truchitas de forma franca y cómoda.
El coto tiene algunas zonas poco aptas para el lance de la línea a mosca, pero son las menos, afortunadamente las truchas se comportaron bien en casi todo momento y las efémeras triunfaron durante toda la jornada.
Para la tarde y en las inmediaciones de Getino, decidí que había concluido el día de pesca. Había sido agotador por momentos y el madrugón, el vadeo y la pesca ya pesaban. Tocaba de nuevo reponer fuerzas, refrescarse y pensar en el viaje de regreso.
Me llevo un día de paz y tranquilidad, un escenario bonito donde los haya y unas pintonas agradecidas que volveré a pescar espero que algún otro momento.
Texto y fotos: PescataMinuta
Un tramo muy bonito y un verdadero reto para el mosquero. Me alegro que se dieran bien tanto a ninfa como a seca, nosotros todavía estamos esperando un buen día de actividad arriba…
Saludos!!
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Es que no hay color Mario. Con todos mis respetos, el pescador quiere pescar, pero desde mi humilde opinión las sensaciones no son las mismas. En una jornada normal de pesca los momentos más estéticos y puros es poder ver como el pez toma el engaño de forma natural y es lo que se te queda grabado en la retina. Es bello, bellísimo! Gracias y suerte a ti y a tu cuadrilla esta temporada, ese momento llegará
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Hola Antonio
bonito rio y buenos peces, me alegro que disfrutaras, ya nos veremos
saludos
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Gracias Jose Andrés, ten por seguro que así será, un abrazo amigo!
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