Especial Lucio

Nombre científico: Esox lucius (Linnaeus, 1758)
Familia: Esócidos
Longitud media: 65 – 100 cm; máxima: 1,5 m
Peso medio: 16 kg. máximo: 25 kg
Longevidad:  7 a 10 años, se conocen casos de hasta 30 años

DESCRIPCIÓN

El lucio europeo tiene un cuerpo largo, de forma casi cilíndrica. La cabeza, relativamente larga, tiene una boca con forma de pico de pato que se abre hacia arriba. La aleta dorsal, de tamaño relativamente largo, se extiende hacia atrás. El color varía con el hábitat, la espalda es normalmente de color verde-café, la coloración cambia hacia tonos más claros acercándose al vientre blanco. Las mandíbulas están provistas de dientes especializados, al igual que la lengua y los arcos de las agallas. El lucio posee entre 110 y 130 pequeñas escamas a lo largo de la línea lateral.

El tamaño medio está situado entre unos 50 cm y 1 metro. Existen ejemplares de hasta metro y medio y pesos de hasta 25 kg. El tamaño máximo mencionado arriba normalmente es solamente alcanzado por la hembra, el macho no alcanza más de 90 cm. Se conocen ejemplares que han vivido hasta 30 años.

Especie introducida en España por el servicio forestal (ICONA). Los trajeron desde Francia en 1.949 para liberarlos, con motivo de estudio, en los estanques del Palacio de Aranjuez y desde allí y amparándose en fines deportivos fueron liberados en tramos del río Tajo. En apenas 50 años tanto por su expansión natural como ayudado por el hombre, fue colonizando todas las principales cuencas hidrográficas de nuestra geografía.

Aunque se conocen fósiles de la época del pleistoceno en la cuenca del río Tajo, no formaba parte de nuestras especies piscícolas desde hacía miles de años.

El lucio era el depredador más grande de nuestras aguas interiores, (de ahí la gran afición a la pesca de esta especie, pues suponía todo un reto para los pescadores) Desde hace poco tiempo este «título» le ha sido arrebatado por otra especie alóctona introducida ilegalmente en zonas del Ebro, el siluro, que poco a poco va colonizando ríos y embalses, ayudado por el hombre y continúa imparable en su expansión.

Distribución en España

En la actualidad, coloniza gran parte de nuestra geografía, encontrándose en los tramos bajos y medios de ríos, en pantanos y masas de agua embalsada (balsas de regadío, charcas, estanques) Tolera muy bien el agua salada y se puede pescar en aguas del mar Báltico, muy alejado de la costa.

En los lugares donde su población es estable, desplaza a otros depredadores como la trucha depredando sobre ella directamente y compitiendo por las mismas presas. De ahí el odio que los pescadores de salmónidos sienten por este esócido. En los tramos de ríos considerados trucheros, practican la pesca eléctrica para limpiar estas zonas de todo lucio existente.

Actualmente y debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido catalogada en el Catálogo Español de Especies exóticas Invasoras, aprobado por Real Decreto 1628/2011, de 14 de noviembre, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio, si bien se puede autorizar su aprovechamiento dentro de las estrategias para su eliminación.

Sus hábitats

El lucio es un pez de hábitat firme y le gusta estar cerca de la orilla en aguas corrientes, lagos y grandes estanques. Prefiere las orillas con chamiza y otras posibilidades de esconderse, como troncos, raíces, rocas, puentes, vegetación. Necesita una calidad de agua buena para prosperar, así como agua fresca, nivel estable de las aguas, abundancia de peces pasto y abundancia de vegetación.

Se encuentra en la mayor parte de la península ibérica, excepto en Galicia, con mayor abundancia en los embalses del Júcar, ríos castellanos y leoneses y Extremadura.

En los ríos caudalosos, principalmente los encontraremos en aguas profundas con abundante vegetación y con muchos apostaderos donde esconderse de sus presas; puentes, ramas y árboles hundidos. No siempre es así, pues el lucio se mueve constantemente seleccionando nuevos escondites, incluso cercanos a las orillas.

Es conveniente probar en distintas zonas del río que queramos pescar, pues su captura muchas veces es impredecible. Aunque lo lógico es encontrar buenos ejemplares en las zonas más profundas y ocultas de la zona a pescar.

Lo cierto es que no hay un patrón científicamente testado y que garantice que a una determinada profundidad pueda haber lucios, pero a partir de una profundidad de dos metros, donde exista una abundante vegetación, algas, nenúfares, troncos y ramas de árboles que les puedan dar cobertura, es muy probable que haya algún lucio al acecho de sus presas.

Comportamiento

Los lucios se alimentan de peces de todas las especies y de cangrejos; pueden comer alevines de su propia especie. Sapos, aves y pequeños mamíferos también pertenecen a su espectro de presa. El lucio tiene reputación de ser un pez de rapiña muy agresivo, a pesar de que pasa la mayor parte del tiempo escondido entre la vegetación y de que no come tanto como la fama que tiene de ello.

En raras ocasiones han sido encontrados ejemplares adultos con aves en el aparato digestivo. Heinrich Engler describió un caso extraordinario en su monografía: un lucio de solamente 30 cm había tratado de tragarse un macho adulto de una especie de ave acuática que tenía una longitud de 35 cm. Los dos animales, muertos, fueron encontrados a una distancia de 20 m del agua, el ave con la cabeza y el cuello dentro de la boca del lucio. Obviamente, el ave había logrado desplazarse hacia tierra firme antes de que ambos animales se ahogaran ahí. La reproducción tiene lugar en orillas con vegetación abundante.

Las mandíbulas de los lucios son de cartílago y son diferentes a las mandíbulas óseas de la mayoría de los peces. Los dientes son reemplazables, y se disponen en hileras unas detrás de otras, de manera que cuando se pierde un diente, una nueva pieza se mueve hacia adelante y lo sustituye. Los lucios pierden sus dientes de dos modos: de forma accidental al comer o por un proceso de muda natural.

Pesca del lucio a mosca

Para los mosqueros se puede decir que «hay vida» más allá de la pesca a mosca de salmónidos y black-bass. Sin duda y sin dejar de lado a otras especies con cada vez más adeptos, nos centraremos en el rey de los predadores fluviales, el Lucio.

Aun para muchos es difícil entender que una de sus técnicas de pesca sea a mosca. Y es que para la mayoría de los pescadores, esta modalidad tradicionalmente está asociada a los salmónidos, quizás porque el tamaño medio de esta especie adulta establezca algunos criterios del tipo de equipo a emplear y quede erróneamente asociado a equipos de spinning o casting para grandes ríos o lagos.

Pero afortunadamente para los amantes como yo de la pesca a mosca, es una atractiva alternativa fuera y dentro de la temporada de trucha o reo. Por lo que desde aquí animo a los que aún se hayan decidido a probar a que lo hagan. Para ello repasaremos algunos de los aspectos fundamentales a tener en cuenta para su pesca a mosca.

El equipo de pesca

Teniendo en cuenta que un lucio en edad madura puede alcanzar un tamaño de más de un metro de longitud y más de 8 Kg de peso, es razonable pensar que el equipo a utilizar en toda su extensión tendrá que ser potente como para poder doblegarlo sin pasar excesivos apuros.

Por tanto las cañas que se recomiendan para la pesca del lucio a mosca son las mismas que para la pesca en el mar, muy potentes a la hora de lanzar con líneas gruesas y grandes moscas y de acción de punta. Deben de ir provistas de talón de combate, que facilitará la sujeción de la caña durante su captura, por su fortaleza en la pelea, aunque afortunadamente suele durar poco tiempo. Según cada fabricante estas cañas podrán ser de 3 o más tramos y la acción de punta nos permitirá realizar lanzamientos de largo alcance y con grandes señuelos en busca de grandes ejemplares.

La talla de la misma es muy importante, así como el tipo de línea a usar. Estos parámetros habitualmente van desde una talla 9″ a 11″, y de una numeración de línea desde 8# al 10#, aunque quizás lo más adecuado sería utilizar las tallas intermedias en ambos casos. Yo particularmente utilizo una 9″ con línea del nº 8#.

El carrete es otro elementos fundamental y no puede pasarse por alto una mención a su elección adecuada. La picada de un lucio es brutal y la pelea con un gran ejemplar con un carrete convencional de salmónidos, puede acarrear la pérdida del pez y la rotura de la línea por falta de consistencia en la recogida y la frenada de la línea. Además el pez intentará en su huída esconderse al fondo entre algún tronco o rama, rocas, por lo que si el carrete no recoge línea con rapidez, podemos perder en segundos nuestra posible captura. Hay que soltar y recoger mucha línea, por lo que el carrete que ser capaz de alojar muchos metros de backing y línea y además de recogerla con el mínimo de giros posibles sobre el eje de la bobina. Su freno debe ser potente y durante la pelea acordarnos de ajustarlo cerca del máximo. En el mar se utilizan mucho los modelos Large Arbor, pensados en grandes Llampugas, Lubinas y otros predadores de mar que pelean duro y que necesitan alojar largas y gruesas líneas. Estos modelos como se muestra en la figura, ofrecen un diámetro similar entre las primeras vueltas y las últimas de la bobina, lo que es una ventaja para que la línea no coja memoria.

Es recomendable tener una bobina alternativa con su línea montada, por si tuviéramos problemas con la primera o simplemente quisiéramos probar en otras profundidades o con otro tipo de señuelos.

Nuestro modelo debe ser capaz de almacenar un mínimo de 60 mts., de backing, además de ser suficientes para luchar con un gran ejemplar, que nos permita un buen asentamiento de la línea en la bobina.

La línea a montar también tiene una gran importancia ya que una buena elección en función del tipo de escenario o mosca a montar, será fundamental para tener éxito durante la jornada de pesca. Existen flotantes DT, descentradas WF y las cabezas lanzadoras ST, éstas últimas muy útiles para pescar en lagos y embalses despejados, donde el viento en contra nos pone grandes dificultades para el lanzamiento.

Las más utilizadas son las flotantes y las de punta hundida, aunque las más versátiles para el río son las flotantes ya que tampoco es necesarios que nuestro señuelo nade a gran profundidad en la mayoría de los casos y aunque fuese necesario hay montajes de moscas que lastran lo suficiente el bajo de línea.

Las de punta hundida son recomendable para aguas embalsadas profundas, lugares donde y sobre todo en invierno los lucios suelen encontrarse.

Otro tipo de líneas son las de hundimiento total, que se utilizan en grandes profundidades, a partir de 5 ó 6 metros. Son más difíciles de encontrar incluso en tiendas especializadas.

También podemos encontrar las de tipo punta hundida de hundimiento intermedio, las cuales reúnen las ventajas de las flotantes, de punta hundida e intermedia en una sola línea. Por un lado el running de la línea es flotante, lo que nos permite tenerla siempre a punto en la superficie del agua para salir disparado en el último lance. Por otro, podemos pescar a una profundidad muy adecuada, cerca del metro de profundidad, gracias a su punta de hundimiento intermedio y, por último, el lucio verá la línea por ser transparente.

Está claro que en los últimos años los principales fabricantes de líneas, han sacado al mercado multitud de variedad de líneas, con distintos comportamientos tanto en el lance como en agua con la mosca, incluso se fabrican ya con la lazada en punta para facilitar la unión con el bajo de línea, lo que a veces dificulta mucho la elección. No obstante, conviene comenzar con modelos más convencionales y a medida que se coge experiencia ir haciendo alguna inversión más acorde con gustos o consejos del fabricante.

Por último y dado que los lucios se pescan habitualmente en aguas generalmente frías, debemos escoger líneas del tipo Coldweather, especialmente diseñadas para esta característica.

Llegamos al punto caliente, el bajo de línea, o por llamarlo de otro modo el elemento crítico de nuestro aparejo. Para la pesca de cualquier especie también lo es pero, en el caso del lucio, es de vital importancia prestar atención a su construcción. En la figura se puede ver una construcción estándar, con distintos tramos de nylon y de diferentes diámetros. Pero también se puede utilizar un sólo tramo de nylon de una longitud igual a la caña o algo menor. El diámetro a usar oscilará entre 0.60 y 0.40, suficientes para la mayoría de los casos ya que estos grosores permitirán pelear con grandes ejemplares sin preocuparse de partir el bajo. Por otro lado tendrán muy poca memoria aunque pasen mucho tiempo sin utilizarse y si engancho la mosca accidentalmente, puedo tirar con más fuerza para liberarla sin tanto temor de perderla.

Personalmente en todos mis bajos añado en punta un terminal de acero de unos 15 cm para proteger el bajo de los afilados dientes del esócido, algo que es más que probable que suceda.

Para liberar la mosca de la boca del lucio os recomiendo que utilicéis un desanzuelador largo y si además lleváis guantes mucho mejor, no sería la primera vez que me haya cortado con sus afilados dientes durante su liberación. Otros accesorios aconsejables pueden ser los abrebocas tipo muelle y el gancho para sujetarlo.

Las moscas más efectivas

A la hora de montar nuestras moscas debemos partir de la base del tamaño medio de esta especie. Teniendo esto en cuenta, nuestras moscas deben ser grandes y eficaces, ya que los grandes ejemplares son muy desconfiados y sólo saldrán de su escondite tras nuestra mosca, si su tamaño le compensa una posible pérdida de energía durante su persecución.

Los tamaños aconsejables para construir un streamer o mosca adecuado para la captura de grandes ejemplares deben de estar comprendidos entre los 12 a 18 cm, aunque también es muy importante dotarlos de un gran volumen. Realmente estas tallas de moscas no nos garantizan que sólo pescaremos lucios grandes, pues un lapicero de menos de 1kg, engullirá sin piedad estos montajes tan grandes sin ninguna dificultad.

El tipo de material en la construcción del streamer, debe de reunir dos conceptos claros, que aporten volumen y que no absorban agua. Esto nos permitirá por un lado una posada más dócil en el contacto con el agua durante el lanzamiento final del señuelo, así como un mejor manejo de la técnica de nuestro lance. Un streamer muy empapado de agua carga en exceso la línea a la hora de trabajar el lanzamiento, pudiendo errar gravemente nuestra técnica.

Hay todo un sinfín de materiales aptos para el montaje de los streamer para el lucio, algunos también se utilizan en los montajes para Black-bass y especies marinas. Algunos de los más populares pueden ser los streamer hair, big fly fiber, bucktail y flashabou, plumas tipo deceiver, tiras de pelo de conejo teñido… éstos últimos son muy fáciles de montar y de manejar, además de ofrecer una acción en el agua muy natural.

Las combinaciones de colores en el montaje suelen dar muy buenos resultados, ya que permiten versatilidad en muchos tipos de aguas, claras, profundas y oscuras o tomadas, consiguiendo con un sólo diseño más oportunidades de pesca.

Un elemento fundamental en nuestros streamers es el monofilamento antihiervas de Ø 0,60 ó Ø 0,70 mm., que nos permitirá trabajar en contacto con la vegetación de los fondos u orillas, que es donde suelen estar apostados, con muchas garantías de no enganchar la mosca y perderla.

Recomiendo realizar los streamers imitando a pequeños peces en colores atractivos y naturales, algo parecido a los minnows de pelo o plumas que podemos hacer con el Black-bass, pero mucho más grandes. Lo importante es conseguir la acción más natural posible en contacto con el agua, sin que sea necesario que profundice mucho y rápidamente, ya que el lucio es capaz si se siente atraído de subir hasta la superficie y atacarlo.

La acción de pesca

Los lances deben ser muy precisos, ajustando la mosca lo más cercano a los posibles apostaderos, troncos, ramas, raíces, algas, etc., que es donde estarán acechando, para luego recoger el streamer con la línea de forma suave y con pequeñas variaciones de ritmo. Yo suelo dejar unos segundo que la mosca profundice antes de comenzar la recogida.

Otro truco es dejar de recoger la línea por momentos y tan sólo dar unos pequeños tirones con la propia acción de punta de la caña, ya que ofrece generalmente al streamer un atractivo movimiento en el agua y muy natural.

Donde pescarlos y población orientativa

ANDALUCÍA
– Embalse de PUENTE NUEVO (en poca cantidad)
– Embalse de SAN RAFAEL (en poca cantidad)
– Embalse de CUBILLAS (poca cantidad, pero algún que otro ejemplar grande)

ARAGÓN
– Embalse de la SOTONERA (en más o menos medida)
– A lo largo del río CINCA a su paso por la población de MONZÓN

CASTILLA-LA MANCHA
– Embalse de VICARIO (buena cantidad)
– Embalse de ENTREDICHO (buena población)
– Embalse de GASSET (muchos de poca talla y algunos muy grandes)
– Embalse de la JARRILLA (abundancia de lucios de mediano tamaño)
– Embalse de PEÑARROYA (media cantidad)
– Lagunas de RUIDERA (antaño célebre, en la actualidad media)
– Embalse de ALARCON (media)
– Embalse de BUENDIA (buena)
– Embalse de CONTRERAS (buena y de gran tamaño)
– Embalse de ALMOGUERA (abundante de pequeños y de vez en cuando alguno muy grande)
– Embalse de BOLARQUE (buenísima y estable, actualmente uno de los mejores lugares)
– Embalse de ENTREPEÑAS (en recuperación, buena)
– Embalse de AZUTAN (Buena)
– Embalse de NAVALCAN (mala)
– Embalse de ROSARITO (buena)
– Embalse del CENAJO (buena, en retroceso)
– Embalse de LA FUENSANTA (muy baja)
– Embalse del TALAVE (muy baja)

CASTILLA Y LEÓN
– Río ERIA (abundante en la parte baja del río)
– Río ESLA (aguas abajo de Quintana de Rueda)
– Río ESLA a su paso por VALENCIA DE DON JUAN (aguas abajo, de pequeño tamaño)
– Embalse de ALMENDRA (buena)
– Río TORMES (bajo Tormes, mucha cantidad)
– Canal de CASTILLA (en muchas zonas abundante)
– Río ESLA (zona de PUENTE QUINTOS, RICOBAYO)
– Embalse de RICOBAYO (buena)

CATALUÑA
– Embalse de la BAELLS (actualmente en pequeña regresión)
– Embalse de SAU (moderada)
– RIO NOGUERA RIBAGORZANA altura de ALFARRAS (buena población)
– Río en CAMARASA (moderada)
– Tramos del río SEGRE coto de LLEIDA (buena)
– Embalse de OLIANA (buena)
– Embalse de SANTA ANA (la mejor zona en CATALUÑA con grandes lucios)

EXTREMADURA
– Embalse de CIJARA (mítico, muy buena)
– Tramo del Río, entre el Embalse de GARCIA SOLA y el Embalse de ORELLANA (buena)
– Embalse de GARCIA SOLA (buena)
– Embalse de la SERENA (buena, pero mucha presión)
– Río GUADIANA, zona MEDILLIN (moderada)
– Embalse de ORELLANA (muy buena población)
– Embalse de ZUJAR (poca cantidad)
– Embalse de ALCANTARA (gran extensión de agua, uno de los últimos paraísos para la pesca)
– Embalse de VALDE-CAÑAS (moderada)
– Embalse de VALDE-OBISPO (de gran tamaño pero escasos)

COMUNIDAD VALENCIANA
– Embalse de BENAGEBER (media/baja)
– Embalse de CONTRERAS (buena y de buen tamaño)
– Embalse de CORTES II (media/baja)
– Embalse de TOUS (buena)

MADRID
– Embalse del ATAZAR (buena y muy grandes)
– Embalse del VELLON (buena, de pequeño y mediano tamaño)
– Río TAJO, zona de FUENTIDUEÑA (moderada de mediano tamaño)
– Embalse de la JAROSA (buena de mediano tamaño y algún que otro gran ejemplar)
– Embalse de SANTILLANA (buena)
– Embalse de VALMAYOR (moderada pero muy grandes)

PAIS VASCO
– Embalse de ULLIBARRI-GAMBOA (moderada)

LA RIOJA
– Río EBRO, zona de ALFARO (moderado)