Finales de septiembre por tierras Palentinas, donde me vuelvo a reencontrar con el río Carrión en este famoso acotado. Desde la primavera no había vuelto por estos escenarios y tampoco había contrastado como se había dado la temporada truchera por aquí, por lo que me lo tomé como parte de la aventura, sin más.

Al llegar al límite inferior y mirando desde el puente, observé que venía bien de caudal a estas alturas de temporada, pero era de esperar al ser un buen año de agua y ser un tramo con caudal regulado. El día magnífico, sin viento y bastante soleado, motivos para presagiar una gran jornada a mosca seca.

Comencé a pesca a escasos metros por encima del límite inferior, desde la cabecera de las primeras corrientes por encima del puente. Ya se observaban algunas cebas en la tabla que venía a continuación. Lentamente y con mucha calma fui realizando los primeros lances, utilizando un tricóptero clásico en CDC con indicador y pronto dio sus primeros frutos. Alternando entre pequeñas y medianas truchas de entre 25 y 30 cm que iban tomando la mosca, fueron pasando las primeras horas de la mañana, remontando río arriba 1,5 km para hacer una pequeña parada en la tabla del azud.

Tras el pequeño descanso e hidratación, lancé el tricóptero varias veces sin éxito, por lo que cambié de mosca atando una pequeña efémera pardina en un 18, que era lo que parecía que eclosionaba en ese momento y que tomaban las truchas de esta tabla. Y efectivamente, la primera en la frente, una trucha tomó la mosca confiada en la primera deriva. Dando tres truchas más en pocos minutos.

Seguí avanzando en una zona de corrientes donde el río describe una S con algún pozo que a buen seguro que me habría dado algún ejemplar decente, pero lo salté para buscar otras tablas para seguir pescando a seca y a pez visto preferiblemente. Más tarde confirmé que hice lo correcto pues a partir de aquí sólo encontré tablas con aguas más homogéneas en velocidad y sin obstáculos y me divertí de lo lindo.

Durante la jornada no me había topado con ningún gran ejemplar, todas las truchas eran similares de tamaño, pero ningún problema. Estaba claro que para ser la época que era, habiendo pasado por allí muchos pescadores, el coto seguía dando mucho juego, por lo que no podía quejarme. Me recordaba una jornada similar en cuanto a lo productivo que tuve en primavera en el río Tuerto.

Pude aprovechar para probar algún montaje nuevo que recientemente había salido del torno, ya que visto que la jornada estaba siendo muy fructífera, era el mejor momento para hacerlo. Son incluso esos momentos en los que no te importa pararte a observar el entorno o el comportamiento de las truchas.

Las imitaciones de hormiga con dubbing spectra negro y alas en CDC funcionaron bastante bien, regalándome las capturas más interesantes en las últimas horas de la jornada.

La tarde avanzaba plácida, nada de viento y una temperatura alta pero soportable. Hice un pequeño descanso a la sombra, para recuperar fuerzas e hidratarme, mientras las vacas aprovechaban para hacer lo propio asomándose al río desde la otra orilla.

Las tablas se hacían eternas, por lo que aceleré el ritmo de pesca hasta llegar al límite superior a la altura de Fresno del Río, donde di por concluida esta gratificante jornada. Otra más y muy interesante sin duda. Un buen coto para pescar a seca, por la cantidad de tablas que discurren por el tramo, con una excelente población de truchas y buena accesibilidad.

Me hubiera gustado conseguir alguna captura de más porte, de esas cuarentonas,  que me han dicho que las hay, pero esta vez no pudo ser, por lo demás sensacional.

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