
Aprovechando un día pre-primaveral de febrero con una suave temperatura y sin viento, me decido a salir en busca de los primeros barbos de la temporada. Otras temporadas he empezado en pleno marzo, pero no podía dejar pasar esta ocasión sin intentar dar con alguno y pasear por la orilla del río.

No iba a estar solo, te encontré con otro pescador en la misma zona, con el que intercambié algunas palabras deseándonos suerte.
Pero prácticamente la mañana transcurrió sin ver
les, tan sólo alguna carpa que se bañaba distante, pero poco más.

Y no fue hasta el medio día, donde pude toparme con alguno de forma aislada y a unos 6-8 metros de la orilla. Pero costó engañarles, muchos intentos y muchos rechazos, hasta que el primero tomó la ninfa de oreja de liebre. Al devolverlo al medio, me percaté de que el agua estaba gélida.

Ya no no localicé ninguno hasta casi las 16:00h, pero en menos
de una hora logré cap
turar los otros tres. No fueron peces grandes, pero tiraban mucho, demostrando que han estado reponiendo fuerzas tras una larga inactividad.
Dulce comienzo para una larga temporada que seguro que me depara más de una emoción.
© PescataMinuta
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