Aún queda mucho para ver de nuevo ese colorido otoñal que le otorga al río Tajo un
halo encantador y mágico. No queda tanto para pisar sus aguas y buscar esas truchas siempre tan esquivas y tan listas.
Hasta entonces me quedo con el recuerdo de algunos momentos de pesca en total paz y tranquilidad, tan sólo los corzos y jabalíes me saludaron a primera hora de la mañana.
Eres el Pu.o amo… pescas en unos sitios impresionantes… que envidia!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Nada, nada, un día te vienes y aprovechas para hacer unas fotos… Gracias Pepe!
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