Tesoros sorianos

Estamos a finales de abril y por delante una nueva jornada de pesca a mosca en tierras sorianas. Un día muy apacible y con unas ganas locas de probar suerte en un río con un caudal algo mermado a estas alturas. Aun así, perfecto para pescar, sobre todo a seca sus largas tablas, donde en sus orillas y bajo la cobertura, alberga sus preciosas truchas.

Son aguas doradas y cristalinas a lo largo de todo el recorrido. Entre tabla y tabla, algunos pozos y chorros o árboles caídos te tientan para buscar algún buen ejemplar escondido. En general un escenario idílico donde su multitud de posturas te hacen perder la noción del tiempo tratando de engañar a sus pintonas.

Los primeros pasos fueron desde la orilla, sin entrar al río, donde pude estudiar la situación de partida, aguas con corrientes moderadas y pocas profundidad, con algún que otro árbol caído que cruzaba ambas orillas. Obstáculos que había que sortear, pero sin dejar de pescarlos justo debajo.

No se apreciaban cebas que delataran a los peces, pero si se veían algunos tricópteros y pardones cerca del agua. Ningún pez daba señales de vida en superficie.

Ya metido en faena, lo primero que se nota es el agua bastante fría, por lo que si no se podía pescar a pez visto, pensé en hacerlo pescando al agua, en aquellos rincones que intuitivamente podía tener algún pez.

La primera no se hizo esperar, pocos minutos después, una hermosa trucha tomó el tricóptero de ciervo apareciendo repentinamente desde su escondite pegado al margen izquierdo. Precioso ejemplar que plantó cara hasta su captura final y que inmediatamente fue puesto el libertad. Gran comienzo y buena señal.

A medida que avanzaba, me iba encontrando y casi en todo el recorrido de pesca, venas de agua que invitaban a lanzar y probar fortuna. Lo cierto es que fue acertada la decisión, pese a no te haber indicios claros de donde estaban los peces, ya que en cada tabla de corrientes al final de chorros o pozos, las truchas iban saliendo y tomando la mosca con voracidad.

Algunas de ellas tenían una talla decente y propiciaron una buena pelea hasta meterlas en la sacadera. Las más pequeñas, eran muy bonitas y más claras de librea.

Al medio día la actividad había bajado considerablemente, había incluso cambiado de mosca en tres ocasiones, pero no había señales de vida en ningún rincón del río. Momento que aproveché para comer algo y descansar.

Las primeras horas de la tarde fue más de lo mismo y no volví a clavar otra trucha hasta las 17:50 h, donde entre una zona de ranúnculos prendí una que se cebaba en superficie. Unos minutos más y un par de cientos de metros más arriba, la gran trucha del río cruzó de orilla para quedarse quietecita a observar lo que bajaba por el río. Estaba a unos doce metros de distancia y la podía ver perfectamente, quizás ella también a mi. Se trataba de un ejemplar por encima de los 60 cm aproximadamente, de silueta oscura. Aquí me quedé un buen rato tratando de ponerle una mosca que llamara su atención, pero después de casi una hora de intentarlo con la máxima concentración y un buen arsenal de moscas y ninfas, el truchón permanecía tranquilo moviendo su caudal, sin intención de comer nada. Supongo que era una de esas resabiadas que han visto bajar de todo por el río y que seguramente haya probado más de un anzuelo en el pasado.

Llegué hasta el aparcamiento habiendo conseguido una captura más y allí di por finalizada la pesca. Ocho ejemplares cayeron en el engaño y me hicieron pasar una entretenida jornada, en un día perfecto de pesca en un maravilloso escenario.

© PescataMinuta

5 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Mario GC dice:


    https://polldaddy.com/js/rating/rating.jsFantástico río Antonio, y por lo que veo el día acompañó. Le sumas unas preciosas truchas a seca y jornada redonda, enhorabuena!

    Me gusta

    1. Si Mario, un día muy propicio y las truchas dieron la cara, no me puedo quejar, la verdad. Gracias amigo!

      Me gusta

  2. rafael dice:

    Hola buenos días.
    Somos un padre de 47 años y hijo de 11 años.
    Puedes decirnos de que río de Soria se trata y la zona. Pescamos sin muerte casi siempre a mi hijo de la mucha pena matar las truchas. Yo llevo 30 años pescando a Mosca Seca y Ninfa maté miles de truchas en el pasado, pero ya sólo busco que mi hijo se divierta y acato sus normas y la conservación de los ríos y su entorno.
    Si no quieres decirnos el escenario lo comprendo, pero te aseguro que lo respetaremos al 100%. Gracias

    Me gusta

    1. Hola Rafael, me alegro que te hayas sensibilizado sobre la pesca sin muerte y el futuro del medio donde queremos seguir pescando. Nunca es tarde!, respecto al lugar del relato y si no te importa, te lo hago saber por privado. Dame tu un email y me pongo en contacto contigo. Un saludo y gracias por seguirnos.

      Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.