Guadalope, truchas del Maestrazgo

Con toda la información posible sobre este río y en concreto de este tramo, gracias a la inestimable colaboración de Jesús Carmona «Calambres» me aventuré a explorar estos rincones de la Sierra del Maestrazgo en Teruel.

El entorno de este curso de aguas de montaña es precioso, la época primaveral hace destacar los mejores tonos de la vegetación del lugar que se mezclan con el terreno calizo, pedregoso y a veces algo árido. Una mezcla curiosa de ver, que unido a unas aguas tornadas en un color verdoso, quizás algo tomadas debido a las últimas lluvias, hacen del río Guadalope un escenario muy original.

Pero tocaba buscar a las truchas pues al fin y al cabo a eso había venido. Echaba cuentas y no tenía mucha información al respecto de la población de peces de este río y en concreto del tramo. Tan sólo algunas referencias antiguas de foros y blogs comentando lo que fue y lo triste que empezaba a ser su mala gestión y otro poco que me aportó Jesús al respecto. Aún así, dispuesto a intentarlo y a tratar de llevarme una agradable experiencia de lo que en dicha jornada aconteciera.

Dispuesto en el río, equipo e mano, me encuentro a la guardería con la que entablo una amigable charla tras la comprobación de que todo está en perfecto orden legal para el disfrute de la pesca. Me dan un par de referencias de algunas pozas y tablas conocidas donde probar fortuna. -Truchas hay-, afirman, otra cosa es que se muevan pues ha llovido bastante estos tres días y el río baja hecho unos zorros. Les agradezco sus explicaciones y comienzo a bajar aguas abajo observando las orillas a la vez en busca de alguna actividad.

El río baja fuerte, tras la primera tabla que se solapa con el coto social, se encañona algo mas y es prácticamente imposible vadearlo. Continuo por la margen derecha hasta una curva donde me sorprenden cuatro cabras montesas que andan por la zona.

Una vez bajado lo suficiente, 1,5 km aproximadamente, sorteando chorros, tablas someras y profundas y algún gran pozo, me dispongo a empezar. Empiezo con seca probando al final de unos rápidos someros tentadores donde creo que puede esconder algún pez. Sin suerte durante una larga hora voy recorriendo varias posturas, hasta que decido cambiar a ninfa y buscarlas en el fondo.

A partir de aquí la cosa cambia, una primera logro pinchar pero no llego a clavar, pero el gesto me da cierta tranquilidad, al confirmar que están pegadas al fondo. Poco después en otro lance unos metros más arriba la primera queda prendida. Era pequeña, plateada  y muy saltarina.

Las busco en distintos niveles de profundidad, alternando entre perdigones brillantes con buena visibilidad y algunas ninfas pesadas en los pozos profundos. El ritmo de capturas aumenta y en poco menos de una hora tenía 4 truchas. Pero de la misma manera las truchas dejan de picar. Por algún motivo, aún sin comprender el corte es radical y me tiro como dos horas dando palos al agua sin éxito.

Era el momento, un bocata, un trago y un descanso bajo la cobertura de ribera que tengo donde me encuentro, cualquiera sabe, me deja discurrir la mente contemplando tanta belleza y tranquilidad a mi alrededor

Tras el almuerzo y descanso, con alguna que otra foto entre medias, prosigo mi andadura, tratando de seleccionar más los lances en sólo aquellas posturas que tengan a mi entender buena pinta. Veinte o treinta minutos más tarde, consigo engañar a otra trucha, que por cierto, son todas cortadas por el mismo patrón y no solo la talla, también su librea y su brío a la hora de ser clavadas.

La última tardó en llegar y fue algo inesperada, pues me pilló desconcentrado, ya que por momentos pensé que se trataba de algún enganche en el fondo y no me percaté hasta que destensé el bajo de línea.

Podríamos decir por resumir la jornada, que el sitio es fantástico, lo que quizás no acompañó tanto fueron las picadas de los peces y puesto que no soy un gran conocedor de la zona y tampoco tengo referencias cercanas de otras experiencias, no puedo valorar con criterio si su población está mermada como algunos post antiguos apuntaban o simplemente yo no estuve acertado ni en mi destreza, en el día elegido o en ambos casos.

Pero como en esta afición siempre hay cabida para otros regocijos, me quedo con lo maravilloso del entorno y su paisaje, pensando que más y mejores truchas habrá, pero que hay que buscarlas bien.

© Pescataminuta 2015

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. MarioGC dice:

    El entorno es precioso desde luego, un río estupendo para pescar a mosca. La lástima es esa, que hay que buscarlas abajo más de lo nos gustaría. Las truchas muy bonitas, en sintonía con el color de la piedra, me alegro que pudieras levantar algunas

    un saludo Antonio!

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    1. Muchas gracias Mario. Estaban muy duras y no conseguí verlas en ningún momento arriba, pero al menos alguna se dejó engañar a ninfa. Para otra ocasión trataré de ir más entrada la temporada, ya que creo que a seca es un río que debe dar buen rendimiento.

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