Mientras que «chulos» y «chulapas» se engalanaban para disfrutar de su fiesta mayor «San Isidro», nosotros aprovechamos para escapar a la Serranía de Cuenca con el propósito un año más de tentar a mosca a sus bonitas truchas.

Un día espléndido de primavera a priori y la llamada de esta tierra manchega nos atraía desde que planificamos la temporada y tras haber disfrutado enormemente la pasada.

Nada más llegar al escenario, el cual no nombraré para intentar preservar su estado y belleza en el tiempo, nos saludan los guardas forestales con los que podemos conversar sobre la situación de la pesca en el tramo y en general en Cuenca. Al fin y al cabo volvemos a pisar estas tierras en menos de diez días.

Ya con todo preparado, nos situamos a pie en donde pensamos que es la mejor tabla para dar comienzo la jornada. Por delante, corrientes, pozas y tabladas que entre rocas calizas y cortados desfilaban por todo el curso del río. Algunos grandes ejemplares de barbos se divisaban remontando las aguas y zonas poco profundas también las bogas.

No se veían cebadas y el agua estaba fría como para tentar a seca a las truchas, por lo que ambos comenzamos a pesca con ninfas. Las capturas no se hicieron esperar y entre las corrientes de las coladas las primeras truchas hicieron acto de presencia. Nada del otro mundo en tamaño, pequeñas más bien, pero de una clara y brillante librea.

Durante toda la mañana, las buscamos escondidas entre las rendijas de las rocas de los fondos y en las orillas refugiadas entre las raíces de la vegetación ribereña. Las piezas más grandes nos las dio un chorro que torrencialmente se sumaba al curso general, el cual generaba un pozo profundo y muy oxigenado.

Para la tarde probamos fortuna a seca a algunas tablas más paradas que discurrían entre los álamos de ambos márgenes, pero tan sólo subieron un par de pequeñas truchas y no conseguimos que tomaran bien la mosca.

Toda la jornada transcurrió muy tranquila, sin rastro de más pescadores en la zona. Al final de la jornada ambos comentamos, con distintas suertes, como habíamos disfrutado del día. La veintena de capturas en este entorno maravilloso quedarán para el recuerdo.

Texto y fotos: PescataMinuta & Miguel Angel