El río Tormes, es uno de los mejores ríos trucheros de Castilla y León, siendo a su paso por la provincia de Salamanca, ya convertido en un gran río de meseta, donde alberga una riqueza piscícola inigualable. Bien conocido es este hecho por los pescadores a mosca, que cada temporada se dan cita a la búsqueda de su preciado tesoro “la trucha común”, en sus distintos y míticos escenarios.

Quizás los más emblemáticos y conocidos sean los cotos de El Chorrón y Galisancho, aunque es el primero el que a mí personalmente me ha dado mejores resultados respecto a cantidad y calidad de truchas. La anchura del río, su abundante vegetación subacuática y caudal  en cualquier época del año, les confieren a las truchas buen cobijo en todo su recorrido. Desde las tablas más someras hasta las pozas más profundas, las truchas permanecen escondidas bajo las ocas que serpentean sus aguas, a la llegada del momento de sus eclosiones favoritas de la “mosca amarilla” (Ignita). Es ahí cuando el río muestra su dorado tesoro que había estado aguardando paciente el momento, dejando ver ejemplares de gran porte comiendo en la superficie.

Pero hay otro coto que recibe el mismo nombre que sus aguas El Tormes, justo aguas abajo del EDS, que también se mostró generoso y me hizo pasar una jornada inolvidable.

Sabemos lo caprichosos que son los peces y que tengas una estupenda jornada no ocurre siempre. Pues como en todos los escenarios hay días mejores y peores, pero concretamente el día elegido de finales de julio tuve la suerte de dar en el mejor momento con las mejores posturas de la jornada, por lo que no sólo pesqué una cantidad decente de truchas, sino que además algunas de éstas fueron de gran tamaño.

Esta temporada, no fue destacable Galisancho pero había tenido la suerte de encontrar dos buenos momentos y en par de rincones en El Chorrón donde las truchas ansiosas se cebaban frenéticamente y conseguí engañarlas con mis imitaciones. Pero no tenía tan claro a priori, por la escasez de información de que disponía, que este coto vecino aguas abajo me pudiera hacer disfrutar tanto. He de decir que salvo algo más de dos horas en algún tramo concreto, en el resto de posturas tanto arriba del puente como por debajo de éste, las truchas se comportaron de forma irregular y selectiva. Como bien dice Sebas gran pescador y buen conocedor de estas aguas, en determinados momentos, si das con la postura y la mosca el Tormes te muestra esos llamados momentos “mágicos” que debes aprovechar.

La mayoría de las capturas y sobre todo pescadas con cierta frecuencia se realizaron en las mismas franjas aproximadamente entre las 12:00h y las 14:15h por un lado y entre las 17:00 y las 19:30h. Como digo, fuera de estas franjas, la actividad en superficie es muy baja, las cebadas son más ocasionales, aunque alguna trucha con algo más de paciencia se puede capturar igualmente.

No importa, desde mi punto de vista, una buena jornada de pesca es que ésta sea entretenida y que al final tenga recompensa. Da lo mismo que sea durante todo el día o tan sólo en un periodo concreto, lo importante es llevarse un grato recuerdo y una gran satisfacción personal.

El Tormes es un acotado de corto recorrido, tan sólo 3 kilómetros de tramo, con mucha anchura en su cauce y muy vadeable en casi todo su recorrido, salvo algún pozo de gran profundidad, que hace las delicias del pescador a mosca por su facilidad para el lance y para recorrerlo. Desde el puente de la M-513 que se accede desde Fresno Alhándiga se puede contemplar una gran tabla aguas arriba hasta el límite con el TLSM muy fácil de vadear y que nada más asomarme desde el arriba del puente se ven las truchas comer arriba. Allí pude capturar un par de truchas pequeñas con tricóptero.

Pero es aguas abajo y hacia la mitad del coto donde hay una gran tabla de mucha longitud, que no puede pescar completamente, donde la jornada me deparó los mejores momentos y sensaciones. Tiene infinidad de posturas ideales para tentar a las truchas que estarán repartidas por todo el tramo. Es uno de sus atractivos, aunque cabe destacar el lugar llamado “El nido de la Cigüeña” que me recomendó Sebas, donde hay una especial concentración de peces y donde se esconden grandes ejemplares, entre su vegetación y al cobijo de la cobertura del arbolado de las orillas.

En cuanto a las imitaciones, he tenido éxito con Tricópteros marrones anaranjados montados en riñonada de León, Rhodanis, Pardones y las Ignitas. Siendo estas últimas las que mejor resultado me han dado. He visto pescar truchas con mosca ahogada a la leonesa y en algún chorro incluso con ninfa, pero creo que es más reconfortante a mosca seca.

La jornada trascurrió plácida y con abundantes capturas, una de ellas muy grande de más de 50 cm, consiguió romperme el terminal con la mosca clavada. Y otras como se puede ver en las fotos, cedieron ante una excitante lucha consiguiéndolas meter en la sacadera. El propio guarda que me esperó paciente a que terminase de completar esta captura, contempló la gran batalla que presentó hasta ser capturada.

Espero que en próximas temporadas pueda conseguir pescarlo de nuevo y tener la misma suerte, ya que sin ningún lugar a dudas El Tormes es “mágico”.

Te dejo por aquí el vídeo

Texto y fotos: PescataMinuta